Cómo funciona
El cliente debe haber comprado una tarjeta de prepago cargada con una cierta cantidad de dinero. Basta con que se sitúe frente al surtidor, coloque la tarjeta sobre la mesa y una pantalla le mostrará inmediatamente el saldo disponible. A partir de este momento, tendrá la libertad de beber tanta cerveza como quiera hasta el consumo total del saldo precargado.
En el momento en que el cliente decide dejar de consumir, sólo tiene que retirar la tarjeta de la mesa. ¡Tan fácil como eso! El saldo no gastado no se pierde, queda disponible para la próxima vez.
La tarjeta podrá ser personalizada con la imagen del establecimiento y ser utilizada como otras tarjetas de fidelización.
El crédito de la tarjeta se puede recargar en cualquier momento, cuando el crédito se ha agotado o cuando se quiera aumentar la cantidad disponible.
Los surtidores de cerveza pueden estar instalados directamente en las mesas, en la barra o crear espacios temáticos especiales como el rincón de la cerveza. También se puede disponer de puntos móviles para poder desplazarlos a voluntad.
El sistema también permite gestionar la abertura y cierre de los surtidores des de la estación TPV del responsable.
